ACERCA DE MI

Creo profundamente que el verdadero avance de las mujeres no depende de cuotas ni de mecanismos impuestos, sino del reconocimiento a la capacidad, el mérito y el liderazgo real. Una mujer preparada, íntegra y enfocada puede llegar tan lejos como se lo proponga, ya sea en el ámbito público, en la política, en el gobierno o en posiciones ejecutivas dentro del sector corporativo.

El progreso sostenible surge cuando se valoran las competencias, los resultados y la trayectoria, no las obligaciones legisladas. Así como las organizaciones líderes buscan a las personas más calificadas para asumir responsabilidades estratégicas, las instituciones del Estado deben aspirar a lo mismo: promover espacios donde el talento, sin distinción de género, compita en igualdad de condiciones.

Las mujeres no necesitan protecciones que limiten su potencial. Necesitan oportunidades justas, entornos profesionales que reconozcan su aporte y plataformas que impulsen su crecimiento auténtico. Hoy, miles de mujeres demuestran que pueden dirigir gobiernos locales, ministerios, corporaciones y operaciones críticas porque han construido experiencia, credibilidad y resultados comprobados.

Para mí, fortalecer la democracia y mejorar la gobernanza pasa por asegurar que quienes toman decisiones lleguen ahí por su preparación, su ética y su capacidad de generar impacto real. Esa es la visión que mueve mi trabajo: impulsar espacios donde el profesionalismo, la integridad y la excelencia sean los pilares que definan el liderazgo del futuro.